sábado, 31 de octubre de 2009

Especiales Hierbas arómaticas: Mirra o Cerifolio

Especiales
  • Nombre científico o latino: Myrrhis odorata
  • Nombre común o vulgar: Cerifolio, Perifollo, Mirra, Perifollo oloroso, Perifollo almizclado
  • Familia: Umbelliferae (Umbelíferas).
  • Hierba perenne de hasta 1,5 m, cubierta de pelos cortos.
  • Las hojas de color verde brillante y lacias, llegan a parecer helechos.
  • Las flores de color blanco cremoso se agrupan en umbelas blandas.
  • Las semillas tienen una longitud de 2,5 cm, son estrechas y muy puntiagudas; cuando maduran su color se vuelve marrón oscuro.
  • Las flores florecen durante el período comprendido entre finales de primavera y final de verano.
  • Todas las partes de esta planta herbácea perenne tienen un ligero aroma anisado.
  • Las flores componen un buen complemento para arreglos con elementos de formas más definidas.
  • Las flores y las semillas se pueden secar colgándolas del tallo hacia abajo en un lugar cálido, seco y aireado.
  • Las semillas constituyen un ingrediente efectista para arreglos hechos con flores secas.
  • Las hojas se prensan bien.
CULTIVO:
  • Crece en prados y bosques de montaña, repisas con suelo mullido y fresco en zonas altas.
  • Prefiere la sombra parcial y suelos profundos y húmedos.
  • El terreno debe ser rico en minerales y tener buen drenaje.
  • Se puede plantar en otoño a partir de plantones de raíces.
  • La distancia entre plantas debe ser de 40 centímetros. Si se siembran semillas ha de ser en primavera.
  • Se cubren para que germinen bien, con poca tierra.
  • También se pueden sembrar en un semillero para después llevar los plantones al lugar deseado.
  • El cultivo en tiesto es difícil por las numerosas raíces que tiene esta planta.
  • Las hojas frescas se recolectan en primavera, para usarlas frescas. En otoño se recogen las raíces.
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martes, 27 de octubre de 2009

Novedades Plantas anuales: Definición

Novedades
Las plantas anuales o de temporada son aquellas plantas herbáceas que tienen una vida de unos cuantos meses. Estas cuando llegan los fríos o cuando se pasa la floración se sacan de la tierra y se tiran. En las regiones donde el clima es cálido y no hay prácticamente heladas o son muy débiles, muchas pueden sobrevivir al invierno y florecer al siguiente año. Por ej.: Agerato, Amaranto, Cosmos, Tagetes, Petunia, Antirrino o Gallardía.
Esto no quiere decir que la planta al año siguiente crezca con la misma calidad que la que tuvo el primer año de floración que da el segundo año siempre es de peor calidad que la del primero; va degenerando. Plantas anuales son: Agerato, Amaranto, Antirrino, Calendula, Cresta de gallo, Cosmos, Clarkia, Alhelí amarillo (Cheiranthus cherii), Coronado (Callistephus chinensis), Clarkia, Cineraria hybrida, Digital (Digitalis purpurea), Girasol (Helianthus annus), Alegría de la casa (Impatiens walleriana), Lobelia, Petunia, Banderilla (Salvia splendens), Tagetes, Zinia, etc.
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Jardines Albaricoquero

Jardines
  • Nombre: Albaricoquero.

  • Nombre científico:De la familia de las rosáceas, el genero Prunus está formado por multitud de especies algunas cultivadas por sus frutos y otras por sus flores. Una de las más utilizadas en bonsái es el Prunus Mume, albaricoquero japonés.

  • Descripciión:Dentro del los Prunus se pueden encontrar especies tan diversas como los frutos que producen: albaricoques, ciruelas, cerezas, melocotones, almendras, etc. Su distribución cubre la práctica totalidad del hemisferio norte.El Prunus Mume, albaricoquero japonés, es originario de China y Corea. De porte no muy elevado, ronda los 12 metros de altura con una corteza gris verdosa y un follaje ovalado, dentado y caduco. En primavera florece con unas tonalidades que pueden ir desde el blanco al rojo, pasando por distintos matices de rosa, en ocasiones en el mismo árbol. El perfume de estas flores resulta más que notable.

  • Cultivo:Situación: Es un árbol que necesita estar situado a pleno sol, en un lugar bien aireado. El viento no representa un gran problema, así como tampoco el frío siempre que no resulte excesivo. Eso si, se debe prestar atención a las raíces pues al estar situadas en maceta pueden resentirse en caso de helada, al igual que alguna de las ramas más finas.

  • Riego: Regar con abundantemente durante la formación de las yemas de flor y en verano.

  • Abonado: Abonado en los periodos activos; primavera y otoño. Con mayor intensidad en otoño

  • Trasplante: Cada uno o dos años tras el periodo de floración. El sustrato puede ser la mezcla normal, por ejemplo akadama mas volcánica.Poda: Pinzado de brotes dejando unas dos hojas en cuanto se hayan desarrollado tres o cuatro grupos de ellas. Podar las ramas tras la floraciónPropagación: A partir de esquejes en primavera.Plagas y enfermedades: Las plagas más corrientes son araña roja, barrenillos, orugas y cochinilla. En el apartado de enfermedades es susceptible al oidio y royas.Para datos mas concretos consultar el artículo sobre plagas de las sección de Técnicas y Cuidados de Portalbonsai.
    Estilos más adecuados:Se adapta bien a casi todos los estilos y tamaños

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sábado, 24 de octubre de 2009

Jardin suculentofilia 6

Jardin



Esta vez fotos de la prole porteña.



jueves, 22 de octubre de 2009

Plantas Lección no. 2: DEJAR EN PAZ

Plantas

Me pasa a veces que una planta me gusta tanto que termino lastimándola por exceso de celo.
Un día me compré una suculenta rarísma, por lo menos para mí, que nunca había visto nada así. Cometí una serie de errores:
1) la regué demasiado: se le pusieron las hojas flaquitas. Entonces,
2) la podé. La pobre se fue poniendo cada día peor hasta que quedó tan fea que le tuve que arrancar algunas hojas y
3) no puede parar de arrancarle las hojas feas, que eran casi todas.

Resultado: una suculenta completamenta mutilada.

Finalmente, en un momento de lucidez, decidí dejarla en paz, sacarla afuera y no hacerle nada, dejar que la cuide su madre naturaleza porque yo me estaba convirtiendo en una madrastra de cuento infantil. Ahí anda, recuperándose.


Lección n0. 2. SI UN CACTUS (O SUCULENTA) TIENE MAL ASPECTO LO MEJOR ES DEJARLO EN PAZ.


domingo, 18 de octubre de 2009

Plantas Jardín oriental

Plantas Los japoneses consideran que el mundo es tal y como la imaginación lo crea. No se distingue de uno mismo, de los sueños y la locura. El universo está en constante cambio, en continuo proceso de creación y destrucción, de vida y muerte. Nada es estático, nada permanece y así como las nubes cambian de forma y las estrellas el firmamento, así se mueven las montañas y los valles, aunque demasiado despacio para que lo aprecie el ojo humano. Según una tradición milenaria, dos grandes fuerzas opuestas se revelan en este proceso constante, el yin y el yang , representantes de cada polo sexual. Cada elemento del paisaje pertenece a una y tiene, por tanto, un atributo sexual. El paisaje ideal es el producto del equilibrio de ambas Unas complejísimas premisas filosóficas son la base del increible y sutil arte de la jardinería en Japón. Esta tradición se plasma en el sakuteiki, uno de los primeros manuales sobre jardinería escrito por Tachibana Toshituna (1028-1094). Se basa en el Feng Shui, arte universal de equilibrar y armonizar el flujo de energías naturales en el entorno para crear efectos beneficiosos en la vida de quien lo practica. De esta forma, si se disponían los objetos de una manera que no fuera la correcta, era un símbolo de mal presagio. El sintoísmo, por su parte, difundía la creencia de que el mundo está repleto de espíritus, y que estos habitan en las rocas, el agua o las plantas de tal forma que, para no desatar su cólera, se había de extremar el cuidado y las atenciones a estos elementos. Elementos naturales Estos jardines, despojados de toda suntuosidad, seducen por la sabia combinación de piedras, arbustos y arena, reflejando la sensibilidad de los japoneses y su amor a la naturaleza. El surco de agua que simula el recorrido de un río es altamente apreciado porque trae al jardín el sentimiento del valle, mientras que las rocas enterradas hasta más de la mitad de su volumen permiten lograr una mayor naturalidad de las montañas. Así, los jardines japoneses cumplen con la finalidad de servir como lugar de meditación donde el ser humano puede interpretar lo que presencia a su modo, concentrando la energía hacia el interior de su espíritu. En el mundo occidental, se intenta copiar esta forma de crear y cuidar el jardín. Sin embargo, la mera preocupación por lo estético que parecen tener estas réplicas no se tiene en su origen: en Japón, se huye del adorno fácil, tiene su origen en las creencias religiosas y busca una armonía mágica con el entorno y los elementos naturales. Las rocas son elementos con gran fuerza simbólica, por lo que la elección de la piedra ha de realizarse con sumo cuidado. Debe tener formas artísticas, aunque lo importante es saber aprovechar las ventajas naturales de la roca escogida usando, por ejemplo, las más planas en la confección de cascadas. En cuanto a la disposición de flores y plantas, no debe haber abundancia de canteros y motivos florales. La flor debe ser un toque de distinción, porque de lo contrario desviaría la atracción visual. Un jardín sobrio y visualmente panorámico es el secreto de la elegancia. La importancia del agua El agua es uno de los principales elementos en los jardines orientales, y debe dar la sensación de que brota de la vegetación. Los conocidos como 'sansui' eran unos jardines grandiosos que se podían recorrer en barca, surcando el agua del arroyo o de los lagos artificiales con islas . El estanque era el centro de atención, de forma que todo el diseño del jardín giraba a su alrededor y, aunque éste no se encontrase necesariamente en el medio, sí ocupaba un lugar privilegiado. En los lagos, tiene suma importancia el lugar por donde penetra el agua, normalmente en forma de cascada, que debe ser un punto de interés donde se centre la atención. Además, no es conveniente que pueda verse totalmente desde ningún punto del jardín. Las cascadas son otro de los elementos característicos de este tipo de jardines, ya que introducen el sonido y el movimiento en el diseño general, de forma complementaria a la del viento que mueve los árboles y el follaje. Y, por supuesto, también relacionados con el agua, están los puentes, siendo el más característico el constituido por una única laja de piedra o sustituyéndola por un material más barato y menos noble como la madera. Las islas sirven también para crear otros focos visuales de interés. También existen los jardines secos, que sustituyen el agua por la grava, marcando en ellas formas naturales, simulando arroyos, etc. Las piedras que sobresalen en grupos son, ni más ni menos, las islas donde reposan los elegidos en paz. Son las rocas las que cobran especial importancia y el concepto fundamental es el del equilibrio, equilibrio implícito, asimétrico de formas y esquemas, el equilibrio entre las formas y los colores, el agua y el follaje, entre lo vacío y lo lleno.

jueves, 15 de octubre de 2009

Plantas ESQUEJE DE SAUCE LLORÓN

Plantas
La verdad es que el sauce, variedad llorón, (Salix babilónica) no entraba dentro de mis planes como bonsái, pero me comentaron que era muy fácil que prendiera desde esqueje y probé a experimentar.

Cogí varias ramas de 1 cm. de diámetro de un sauce cercano. Lo hice en pleno agosto ya que el esqueje de sauce prende en cualquier momento.



Los sumergí en agua ayudando al proceso con hormonas de enraizamiento en polvo. Todo ello a la sombra.


Detalle



A los 10 días ya se aprecian las puntas de algo parecido a raíces y hasta alguna hojilla.



Fueron tantas las raices que salieron que un mes después ya los transplanté a maceta en una mezcla de sustrato 50 % akadama y 50% turba.



A la primavera siguiente fue plantado en tierra y se dejó crecer sin controlarle mucho ofreciendo en verano este aspecto con una gran cantidad de ramas.



Pasado un año desde que se plantó en tierra, llegó el momento de ver como tenía las raices para poder recortarlas y que no se desmadrara



Por lo que se vió, la raiz del sauce tiene tendencia a desarrollar la pivotante y aquí la prueba. Vemos la zona donde nació la raiz del esqueje y su desarrollo longitudinal.



Así estaba el arbol recién sacado



Y el detalle del corte de la pivotante para que desarrolle raicillas más finas.



Se podaron las ramas para que en primavera crezcan con un poco más de criterio y para compensar también el corte de las raices.



Y de nuevo a la tierra a esperar la primavera. Este sistema de esqueje con el sauce llorón funciona a las mil maravillas y te permite además enraizar esquejes mucho más anchos que este.

martes, 13 de octubre de 2009

Hierbas Cultivar un Bonsái

Hierbas Para cultivar de forma apropiada uno de estos árboles en miniatura hay que conocer algunas sencillas técnicas. Llevarlas a cabo en el momento preciso y de la forma adecuada permitirá que el bonsái tenga una larga vida. El trasplante, el riego y el abonado, son las operaciones que contribuyen al buen mantenimiento de esta especie vegetal. Cómo transplantar un bonsái El trasplante es imprescindible para fomentar la buena salud del árbol. Se trata de una tarea muy útil porque, con el transcurso del tiempo, es preciso renovar la tierra en la que crece. Esto se debe a que los componentes nutritivos se agotan y las raíces se desarrollan en exceso. Un trasplante se realiza con una periodicidad de 2 a 4 años, dependiendo de la fase en la que se encuentre el bonsái. Cuando se halla en etapa de crecimiento, basta con dejar pasar un año. Si está en etapa de madurez, es suficiente con trasplantarlo cada 3 ó 5 años. Se suele llevar a cabo en la primavera, sobre el mes de marzo. Esta técnica consiste en eliminar una tercera parte de las raíces y en sustituir el sustrato por uno nuevo. Es muy importante que el tiesto tenga algún orificio que permita el drenaje. Cuando se haya realizado el trasplante, el bonsái requerirá unos cuidados especiales, ya que sus raíces habrán sufrido. Por ejemplo, se ha de mantener alejado de las corrientes de aire y de la luz directa en las próximas tres semanas. El siguiente riego se hará cuando se empiece a secar la superficie del sustrato y no se tiene que abonar o fertilizar durante este tiempo. El riego El riego es uno de los trabajos más relevantes en el cultivo de un bonsái. La mayor parte de los fracasos a la hora de cuidar uno de estos árboles derivan de un exceso de agua que origina que las raíces se pudran. Hay que comenzar a proveer de agua a la planta cuando se observe que las primeras capas de la tierra están secas. Así, de echará abundante líquido, hasta que salga por los agujeros de la base de la maceta. Resulta perfecto regar usando agua reposada, es decir, contenida en un recipiente durante 24 horas para que se evapore el cloro y esté a temperatura ambiente. Muy beneficioso es el pulverizado como complemento del riego. Abonado El bonsái encuentra los componentes nutritivos en el suelo. Al desarrollarse en un espacio muy reducido, es necesario fertilizar el sustrato periódicamente para evitar las posibles carencias de nutrientes. Para que la planta pueda completar su proceso vital necesita tres componentes básicos o macroelementos: nitrógeno, fósforo y potasio. El primero, acelera el crecimiento y aumenta la producción de semillas, hojas y frutos. El fósforo prepara a la planta para resistir condiciones adversas. Y el potasio aumenta la resistencia frente a las enfermedades. Otros que también precisa en menor cantidad son el magnesio, el azufre, el calcio, el hierro, el cobre, el cinc, el cloro, el boro y el manganeso. La tierra especial para el cultivo de bonsáis tiene elementos secundarios en cantidad suficiente, pero sí que requiere un aporte extra de macroelementos. Los abonos más recomendables son los complejos 5N- 10P- 10K o 2N- 10P- 10K. Algunos consejos a seguir son, no fertilizar en verano o invierno y reducir la dosis de nitrógeno que se aplica a una planta con follaje exuberante. Además, los bonsáis de hoja caduca se abonan después de que hayan aparecido los nuevos brotes. Las de hoja perenne, dos veces al mes y las de flores y frutos antes de que estos se marchiten. Técnicas de envejecimiento La vejez es uno de los atributos más apreciados de un bonsái. Las técnicas del 'Jin' y en 'Shari' contribuyen a aumentar esta apariencia. Un 'Jin' es una zona de madera muerta en la extremidad del tronco o de las ramas. Un 'Shari' es un área de madera muerta en cualquier parte de árbol. Para crear un 'Jin' se eligen ramas que se deben eliminar. Después, se deja la madera al descubierto, sacando la corteza. Para acelerar este proceso, se limpia la madera al descubierto con una mezcla de azufre y cal al 50%. Hay que poner cuidado en no dañar las partes sanas del bonsái.

jueves, 8 de octubre de 2009

Patios La Flor del Ceibo - Erythrina crista-galli L

Patios

La flor del ceibo es la flor nacional de la República Argentina. También denominada seibo, seíbo o bucaré, fue declarada flor nacional argentina por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº13.847/42, del 22 de diciembre de 1942. De ahí que el 22 de Noviembre se celebra el día de la Flor Nacional. También es la flor nacional de nuestro país vecino la República Oriental del Uruguay.



El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical, no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín. Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas a lo largo del país. La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo. Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de perfume y color. Y el admirador evita arrancar sus flores, debido a que sus ramas poseen una especie de aguijones.


Leyenda de la flor del ceibo
Según cuenta la leyenda la flor del ceibo nació cuando Anahí fue condenada a morir en la hoguera, después de un cruento combate entre su tribu y los guaraníes.
Por entre los árboles de la selva nativa corría Anahí. Conocía todos los rincones de la espesura, todos los pájaros que la poblaban, todas las flores. Amaba con pasión aquel suelo feraz, silvestre, que bañaban las aguas oscuras del río barroso. Y Anahí cantaba feliz en sus bosques, con una voz dulcísima, en tanto callaban los pájaros para escucharla. Subía al cielo la voz de la indiecita, y el rumor del río que iba a perderse en las islas hasta desembocar en el ancho estuario, la acompañaba. Nadie recordaba entonces que Anahí tenía un rostro poco agraciado, tanta era la belleza de su canto.
Pero un día resonó en la selva un rumor más violento que el del río, más poderoso que el de las cataratas que allá hacia el norte estremecían el aire. Retumbó en la espesura el ruido de las armas y hombres extraños de piel blanca remontaron las aguas y se internaron en la selva. La tribu de Anahí se defendió contra los invasores. Ella, junto a los suyos, luchó contra el más bravo. Nadie hubiera sospechado tanta fiereza en su cuerpecito moreno, tan pequeño. Vio caer a sus seres queridos y esto le dio fuerzas para seguir luchando, para tratar de impedir que aquellos extranjeros se adueñaran de su selva, de sus pájaros, de su río.
Un día, en el momento en que Anahí se disponía a volver a su refugio, fue apresada por dos soldados enemigos. Inútiles fueron sus esfuerzos por librarse aunque era ágil. La llevaron al campamento y la ataron a un poste, para impedir que huyera. Pero Anahí, con maña natural, rompió sus ligaduras, y valiéndose de la oscuridad de la noche, logró dar muerte al centinela.
Después intentó buscar un escondite entre sus árboles amados, pero no pudo llegar muy lejos. Sus enemigos la persiguieron y la pequeña Anahí volvió a caer en sus manos. La juzgaron con severidad: Anahí, culpable de haber matado a un soldado, debía morir en la hoguera. Y la sentencia se cumplió. La indiecita fue atada a un árbol de anchas hojas y a sus pies apilaron leña, a la que dieron fuego. las llamas subieron rápidamente envolviendo el tronco del árbol y el frágil cuerpo de Anahí, que pareció también una roja llamarada. Ante el asombro de los que contemplaban la escena, Anahí comenzó de pronto a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que entregaba su corazón antes de morir. Su voz dulcísima estremeció a la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamado.
Con los primeros rayos del sol, se apagaron las llamas que envolvían Anahí. Entonces, los rudos soldados que la habían sentenciado quedaron mudos y paralizados. El cuerpo moreno de la indiecita se había transformado en un manojo de flores, rojas como las llamas que la envolvieron, hermosas como no había sido nunca la pequeña, maravillosas como su corazón apasionadamente enamorado de su tierra, adornando el árbol que la había sostenido.
Así nació el ceibo, la rara flor encarnada que ilumina los bosques de la mesopotamia argentina. La flor del ceibo que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe.



Para ampliar información:
www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=680 -