Flor
Para crear una cultura de jardines estaremos de acuerdo que se necesita iniciarla en la formación básica de la persona. El estar presente como conocimientos, actitudes y prácticas dentro de las actividades del aprendizaje escolar es vital para vincular a la infancia al mundo de la tierra, los espacios verdes, la ecología y sin duda a la estética. Esto se hace aún más patente cuanto las generaciones jóvenes son cada vez más urbanas.
Estas deficiencias de aprendizaje se palian en aquellos casos que las personas adultas en sus gustos e inclinaciones buscan lugares donde saber más sobre la forma de cultivar plantas y árboles que con la mejora de condiciones de vida han ido poblando las terrazas y especialmente las segundas residencias. Quedan lejos esos conocimientos que la vida rural daba sobre como cultivar la tierra y cómo manejarse con plantas y árboles que las modas han impuesto, a veces, importadas de lugares exóticos.
Actualmente esta formación en jardinería comporta un triple aspecto:
Uno botánico, de identificación del mundo vegetal y su forma de reproducción y mantenimiento.
Uno estético. El jardín es algo más que plantas nacidas a su libre albedrio sino que la acción de la persona las modifica, las manipula o las enmarca dentro de escenarios que potencian su sentido estético a la vez que crean paisajes artificiales que llevan a estados de placer y reflexión.
Un tercero abre una vía al respeto al medio ambiente y la sostenibilidad. Esta es una forma de abordar de forma práctica esta necesidad cada vez más evidente y perentoria.
Por estas razones creo que, además de la necesidad de que la formación en jardinería esté presente en las escuelas, el aprendizaje para adultos y mayores es algo que la Administración no debe descuidar si no que más bien debe ejercer directamente y fomentarla como forma de mejora de la cultura y el bienestar. Con ello la ciudadanía valorará los espacios urbanizados, desarrollará las ideas estéticas y aumentará la práctica de acciones sostenibles.
Barcelona, tiene una larga formación en jardineros, ya sea en el campo profesional en el que desde que hace más de 75 años Rubió i Tudurí creó una escuela técnica para formarlos, ya sea en el campo de hombres y mujeres que por simple afición dedican muchas horas libres a este aprendizaje.
Los cursos para aficionados es un lugar donde año tras año se acogen a personas de ambos sexos y de todas las edades - características ambas que los hacen atractivos - que estudian y se perfeccionan en el arte de crear y cultivar jardines. Estas personas aprenden, disfrutan y se relacionan en un entorno hermoso como son los parques y jardines de la ciudad.
Como muestra de estos cursos, la clase de poda de rosales en el Parque Cervantes.
Os explico como va la cosa...
A ver si me fijo bien en todo...
La hora de la verdad
La tijera se utiliza así
¿Seguro que lo hacemos bien?
Xavi, tu si que sabes, se nota que eres un profesional!
!Hora de desayunar! Invita Pepa que para eso cumple años